Conciencia y Espíritu. Hombre, conócete a ti mismo

  

 

 
 

Aprendiendo a re-conocer tu propia esencia espiritual

"La humanidad necesita ser libre para ser feliz, pero lo único que la puede llevar a ese estado de libertad es la Verdad. Por ello, busca siempre la Verdad, porque sólo ella te hará libre. Y no olvides que en tu camino encontrarás la resistencia al cambio y la justificación a todas las mentiras que se viven en este planeta, de parte de todos y cada uno de aquéllos que, no queriendo salir de su estado de ceguera, lucharán contra tí para tratar de convencerte de que eres tú quién estás equivocado. Harán todo lo que esté al alcance de su mano para convencer a otros de que tú eres "un peligro" para la "felicidad y comodidad" de quiénes, queriendo seguir durmiendo, desean poner a todos en la cama del dulce sueño del engaño y de la repetición de eventos involucionantes y degradadores de la calidad de energía de vida.

Por tanto, cuando busques la verdad, lleva siempre a mano una buena dosis de persistencia, perseverancia, coraje, paciencia y determinación. Sólo así podrás llegar a tu destino. De lo contrario, la fatiga y el descorazonamiento te alcanzarán y te harán abandonar el camino de ascenso para tomar la autopista del auto-engaño.

Y tampoco nunca pierdas de vista que la mayor resistencia la encontrarás siempre muy cerca de tí, en tus más queridos, en los allegados, porque tu representarás el recuerdo y la imagen parlante de lo que no quieren ver, ya que el día que lo vean se tendrán que enfrentar a la gran decisión de crecer, cambiando la ilusión por la descarnada Verdad, o continuar como vienen, pero esta vez con la espina en el corazón de que están construyendo la autovía de su propia destrucción."

Nuestro Ser Verdadero nos inspira, nos habla en la manera que le podamos entender, puede ser a través de una persona, una canción, un mensaje, un libro, una web y muchas veces oímos una Voz.

Es a través del subconsciente que las mentes brillantes perciben su creatividad; todo sucede cuando dejamos de depender de lo que creemos ser y nos entregamos a nuestro verdadero Ser.

Consciente y subconsciente son indispensables para nuestra existencia.

La mente consciente tiene la responsabilidad de elección; razona, es inductiva, deductiva, analítica, analógica, allí está la voluntad. Impresiona otras mentes y puede dirigir nuestro subconsciente, hasta podemos cambiar nuestras condiciones de vida si sabemos cómo impresionar a nuestro subconsciente por medio de la mente consciente.

Las condiciones de escasez, miedo, enfermedad, etc. Son producto de una mente con falsas sugerencias; esto lo podemos cambiar entrenando nuestra mente para que pueda dominar el subconsciente.

La mente subconsciente confía en la mente consciente, recibe todas las sugerencias como verdaderas.

Investigaciones han demostrado que, si damos instrucciones a nuestra mente subconsciente de lo que deseamos, estas son alcanzadas; la cosa deseada es alcanzada en un período pequeño, mediano o largo plazo. Nuestro poder está en el subconsciente.

La mente subconsciente recibe todo lo que se le envía a través del consciente, no discute, no juzga; si no estamos de acuerdo con nuestras condiciones de vida podemos superarlas dando una sugerencia contraria, repetirla y repetirla, para formar nueva mentalidad, nuevos hábitos y un pensamiento sano: Esta decisión marca profundamente nuestras condiciones de vivir.

Nuestro verdadero Ser siempre actúa para beneficiarnos, nos da lo que pedimos.

¿Cómo cambiamos nuestras condiciones?

El poder está en el subconsciente, es parte de la mente Universal, es creativo, es el único creador. El pensamiento es la única actividad de la mente…

Entonces, para cambiar nuestras condiciones, ¿Basta con pensar en lo que deseamos?

No, el proceso no es simplemente pensar: Tenemos que dirigir nuestro pensamiento consciente y constructivamente, entrando en la armonía, sintonizándonos con el Universo activando nuestro poder Creador. Esto es la Ley de la Atracción en actividad.

La actividad mental puede ser consciente y subconsciente.

El subconsciente nos advierte, nos guía, su valor es ilimitado.

La Mente subconsciente razona, es la sede de la voluntad e impresiona al subconsciente.

¿Cómo comunicamos al subconsciente lo que deseamos?

Mentalizando nuestros deseos, concentrándonos, dándole imagen y emociones de lo que en realidad deseamos; si la cosa deseada está en armonía, en un tiempo tendremos materializado nuestro deseo.

 

LA ATENCION LIBERADORA

 

Si queremos saber qué es la Realidad, qué es la Vida y de qué estamos hechos nosotros, para actuar en ella, tenemos que saber que la Realidad está hecha de conciencia que es el acto de darnos cuenta. Aquello por lo que nos damos cuenta es el trasfondo de que está hecha la Realidad.

Nos acostumbramos a pensar que la Realidad es algo que está fuera de nosotros, un objeto externo. Pero lo que crea ese objeto, lo que lo construye, es el acto de darse cuenta. En nuestra conciencia de vigilia nos parece que lo real es lo que se proyecta en la vida y el "darse cuenta" es algo que sin saber cómo, refleja la realidad, algo que se nos escapa. Es todo lo contrario. La Conciencia es la realidad que se manifiesta fuera en mil situaciones y formas a las que llamamos nuestra vida. El que hagamos esta inversión tiene enormes consecuencias en nuestra existencia. Es un error que nos hace vivir de una manera equivocada.

Si siento que vivo más intensamente, que mi vida tiene más realidad, más autenticidad, pienso que la causa es algo de fuera. Algo atrae mi atención, me hace estar más consciente y considero a ese algo causa de la felicidad que siento; pero si me noto más vivo, mejor, es porque he intensificado mi conciencia y no porque ese objeto que tengo delante sea verde o rojo, o porque esa persona sea simpática o no lo sea. He creado una condición en mi mente. He condicionado mi estado interno de mantenerme despierto, alerta, a una cosa o situación externa que me produce satisfacción. Lo que me interesa me hace sentir muy bien. Lo que no me interesa, no pongo atención en ello. Pero me parece que no es interesante por una idea en mi mente. La vida entera es interesante si nos damos cuenta de que es la conciencia, si la vemos de dentro a fuera. Pero como la vemos al revés condicionamos nuestros estados internos a las realidades exteriores y creamos las condiciones de acuerdo con ideas que tenemos en nuestra mente.

La verdad funciona de otra manera. Cuando descubrimos la verdad, no nos condiciona; la verdad nos libera, nos abre por dentro. Amplía nuestra conciencia.

Cuando una persona, cosa, o situación nos interesa, se intensifica nuestra conciencia, pero no se amplía. La he limitado. La consecuencia de esto es que me he atado a eso, que no soy libre.

Al descubrir los verdaderos valores, los que son expresión de la conciencia profunda, los diferenciamos de los otros, los que son cualidades cambiantes. Y con independencia de ellos sentir‚ que soy fuerza, amor, belleza, armonía; a pesar de mi debilidad, de mi estatura, de mi falta de dinero, etc... Con la atención en la totalidad esos valores absolutos se van expresando porque lo que hace que se limiten y condicionen es la atención particularizada a las representaciones externas de ellos. Estos valores que todos los seres humanos intuimos en el silencio, son los verdaderos móviles para que despierte nuestra atención.

La ampliación de la conciencia, la atención auténtica es todo lo contrario a la concentración: se produce de una manera espontánea y natural, en el silencio y la quietud de la mente. Todo lo verdadero es espontáneo y sencillo. Lo originario, que es lo verdadero, lo que está en lo profundo de la conciencia es siempre natural y sencillo.

Si la atención es justo ese darse cuenta, ese ampliar la conciencia, ¿Cuando ampliamos la conciencia? Cuando intuimos que somos amor, belleza... La verdadera atención se produce de esta manera: descubro una verdad, cuando me intereso por ella, y cuando estoy pendiente de esa verdad porque intuyo que es esencial, entonces mi conciencia se amplía. No tengo que hacer nada más. Intuyo que soy amor, que no depende de las condiciones, que el amor es libre de todo condicionamiento y la conciencia se amplía en esta verdad.

Así voy abarcando más y más, descubriendo las verdades y manteniendo mi atención en darme cuenta de ellas, porque descubro que me interesan profundamente, porque las amo.

No es así como funcionamos. En el momento en que nos sucede algo desagradable ponemos en ello nuestra atención, nos desesperamos y sufrimos, pero cuando pasa un poco de tiempo, o mucho, eso se olvida y nuestra atención es cogida por otro suceso, desapareciendo esa desesperación. El cambio de nuestra atención cambia nuestros estados afectivos y emocionales. Aquí podemos investigar qué es lo que hacemos con la realidad: estamos dando realidad a aquello en lo que ponemos o concentramos nuestra atención.

Seamos pues inteligentes y no demos realidad absoluta a ninguna cosa, ya que todas son relativas y cambiantes. Demos sólo realidad a esa atención que viene del fondo, a esa Presencia interna y dejemos que en esa atención, en esa conciencia, se vayan manifestando y expresando todas las cosas que sirven para hacernos aprender. Todo lo que sucede nunca es casual. Absolutamente todos los acontecimientos son expresión de la Inteligencia, todos son expresión del movimiento de la Inteligencia, los más desagradables, los que creemos que no nos corresponden, todos.

 

La primera manifestación: Ser, Conciencia, Plenitud.

Al principio parece que el silencio es un vacío, donde no hay nada, pero si persistimos, poco a poco ese silencio lo percibimos como pleno, lleno precisamente de esos valores que tanto anhelamos y necesitamos en nuestra vida. Son la expresión espontánea de nuestra verdadera naturaleza. Cuando entramos en nuestro interior, en el silencio, sentimos esa paz que tan inútilmente hemos buscado fuera, ese amor, esa belleza, esa armonía, esa justicia, cuya búsqueda exterior tanto dolor y frustración ha ocasionado.

Allí encontramos el equilibrio, la justicia, la paz, la bondad, la sinceridad auténtica, es decir, todas las cualidades que se derivan de la manifestación primera de lo Absoluto, son la primera expresión de la Trinidad que en la tradición hindú es Sat-Chit-Ananda: Sat (esencia-existencia), Chit (conciencia), Ananda (felicidad-plenitud).

En esta tríada, que se ve en todas las manifestaciones, primero es el creador y esa primera manifestación de la Trinidad está en el fondo de nuestra conciencia, de allí surgen todos los valores de fuerza, seguridad, energía, etc..., que tanto necesitamos. Y ahí es donde hay que buscarlos para luego poder expresarlos en nuestra existencia cotidiana. En el exterior, sólo hallaremos sus indicios entre sombras.

Lo externo nos lo despierta, pero lo despierta dentro de nosotros. Es por eso por lo que no podemos encontrarlos fuera.

El silencio es creador porque allí es donde encontramos la fuerza del Creador de lo que es, la potencia de ser. Cuando lo vivimos así, todas las inseguridades, todos los miedos, todas las debilidades desaparecen ante nuestra verdadera seguridad interna, ante nuestra potencia de lo que somos. Si somos capaces de centrar nuestra mente, de no dispersarnos en las formas y en los sentimientos externos y entramos en lo profundo de nosotros, quedándonos allí tranquilamente, encontramos que somos por encima de todo, no es que seamos esto o aquello que nos falta, sino que sencillamente somos. A pesar de estar enfermo, soy. A pesar de que me han insultado, soy. A pesar de todas mis carencias externas, soy.

Cuando descubro que soy esa felicidad, dejo de depender de que las circunstancias sean de una o de otra manera y empiezo a vivir la alegría de saberme felicidad pase lo que pase externamente. Y el camino para llegar a ello es sencillamente saltar las representaciones mentales, las ambiciones, las angustias, los miedos, los deseos, la avidez de los sentidos, y dejarse caer en ese silencio profundo de la conciencia para constatar que lo que en principio parecía un vacío, se va llenando de lo real, que está pleno de felicidad y de amor, que vienen a ser lo mismo. Amor y felicidad son idénticos.

Lo que valoro y lo que soy.

Cuando nos encontramos en un estado de desorden, lo primero que deberíamos hacer es adentrarnos en nosotros mismos, hacer unos momentos de silencio y empezar a descubrir lo que realmente hay en nuestro interior. Descubrir los valores. Entonces la meditación se hará muy sencilla, movida por esos valores.

Alguien podría decir que no tiene esa demanda, esa necesidad de investigar, pero ¿no la tiene realmente? Se puede mirar despacio, para descubrir si se tiene o no esa demanda de valores. Empecemos por ver que es lo que me mueve en la vida cotidiana. Si lo que quiero es estar tranquilo, que me quieran, tener dinero, una casa nueva, viajar, que me valoren, que me respeten, da lo mismo... Todos los deseos, los que me parecen buenos o los que me parecen menos buenos o malos provienen del mismo origen; de esa necesidad de los valores, de esa necesidad de la manifestación de lo Real en nosotros. Vienen del anhelo de fuerza, de potencia de ser, de amor y de claridad de la Inteligencia.

Pero es necesario descubrir en nosotros la potencia de ser para que desaparezca la sed del deseo. Es entonces cuando surge la demanda de la meditación, porque ese deseo de triunfo, de ser poderoso, de tener cosas, no es más que la expresión externa del anhelo de ser, de ser de Verdad.

Si cuando me encuentro ante el escaparate de una tienda, investigo el origen de mi deseo por lo que he visto a la venta, comprobaré que detrás de ese deseo hay un anhelo de algo mayor, que en este caso podría ser de belleza. Si me quedo contemplando la Belleza, comprobaré que está en mí y que, por ignorancia, el anhelo de ella ha creado mi deseo. Todos los valores están ahí, en lo profundo de la conciencia. Contemplo la Belleza y soy Belleza. Contemplo el Amor y soy Amor, contemplo el Poder, la Fuerza, y soy Poder y Fuerza.

Y contemplando voy penetrando en lo profundo, porque es el hilo conductor que me lleva por la Belleza, la Fuerza, el Poder, hacia la conciencia profunda que soy.

Todo esto se encuentra después de uno o mil intentos, no se sabe cuándo, pero hay un momento en el que algo, como una gracia, hace su aparición y sucede lo que tantas veces hemos estado intentando y no hemos alcanzado. Y este descubrimiento compensa con creces el tiempo invertido en intentarlo.

Queríamos tener una vida maravillosa y no nos damos cuenta de que lo que anhelamos está ya en la conciencia. Queremos cambiar la vida por fuera sin darnos cuenta de que eso no es posible.

Esto es tan abstracto que nuestra mente no se lo puede creer. Solamente vivenciando el silencio llegamos a descubrir lo divino, lo sagrado, la realidad absoluta que somos. Estoy aquí y ahora, pero ¿qué es lo que realmente soy? No soy estos pensamientos cambiantes que pasan por mi mente y que no sé de dónde vienen. No soy estas sensaciones de mi cuerpo que aparecen y desaparecen. No soy esos sentimientos, estas emociones, sentirme bien o sentirme mal, que son pasajeros. ¿Dónde está lo permanente en mí?.

Si me quedo en el "darme cuenta", el silencio cobrará vida para mí, será algo creativo, que me llevará a lo que realmente soy, aquello desconocido que está por descubrir.

¿Con que me identifico?

Toda idea a la que me aferro es un deseo que quiere realizarse. Una parte grande o pequeña de mi identidad ha quedado retenida allí. En toda identificación o apego, voy perdiendo algo de mí mismo.

La realidad está en mi identidad, sin darme cuenta me esclavizo poniéndola en ideas en situaciones, en personas. Al hacer silencio deshago por comprensión esas identificaciones, suelto lo que había retenido y al soltar me libero a mí mismo, vivo mi verdadero ser sin límites.

Lo que allí puse de mi propia identidad real, ese apego, ha dado un aparente valor a todo aquello. Pero cuando recupero mi identidad mediante un acto de "recogimiento interior", como se ha llamado en nuestra tradición, compruebo que era un valor reflejado.

El acallar los ruidos del pensamiento, el vaciarme de ideas limitativas, es simultáneo con la plenitud del ser que va dando sentido a todo lo que hago.

Quién no ha conectado en su interior con esa plenitud, la busca todo el tiempo donde no está. No puede dejar de buscarla. Un ser humano, podríamos decir que es eso: un buscador de plenitud. La experiencia del que busca la felicidad por un camino equivocado es una experiencia frustrante. Al buscar amor se produce desamor, al buscar paz se produce conflicto, al buscar alegría, tristeza y depresión. Si hemos comprendido cómo es el proceso de la búsqueda, o del deseo; renunciaremos, sin esfuerzo de voluntad, a una experiencia limitada a cambio de la plenitud. Renunciaremos a una parte por el todo.

La observación paciente y continua va poniendo de manifiesto lo que verdaderamente sucede en la ambición, la búsqueda y el deseo. Cuando aparece un deseo, tengo que observar qué lo impulsa, qué le da fuerza. Puede ser que sienta que me falta amor, paz, energía, etc.… y creo obtenerlo al conseguir algo determinado.

Lo que importa es qué es lo que impulsa mi deseo, porque si lo descubro podré seguir una investigación que me sacar de lo ilusorio del vivir condicionado y me conducir a lo real.

Muchas veces estamos divididos: deseo por un lado ir a divertirme y por otro, quiero ponerme a meditar. Si observo cuidadosamente lo que sucede, si empiezo a investigar en mí mismo, puedo hacer una unidad de esa dualidad. Ya que la conciencia es una, debo poder unificar las dos opciones contrarias en un sólo acto.

Mirando sin división mis deseos veo que lo que me empuja a irme a divertir, o a cualquier otra cosa y lo que me empuja a meditar o practicar alguna técnica para realizarme es lo mismo: mi anhelo de plenitud. Cuando descubra que en el silencio de mi conciencia profunda está siempre esa plenitud que anhelo, cambiar el rumbo de mis pasos y los deseos perderán interés para mí.

Voy comprendiendo a partir de aquí que no tengo que renunciar a ningún deseo para quedarme en silencio, en el silencio de la meditación. Si dejo de satisfacer un deseo para meditar, no he comprendido nada. Y estará creando un conflicto en mi interior que impedirá la aparición del silencio. Un conflicto produce perdida de energía. Y al no tener energía no puedo abrirme a la energía profunda que soy.

Todo lo que deseo, lo deseo porque anhelo la paz o la belleza, la alegría o el amor, que son la expresión natural del ser, que son mi única naturaleza. ¿Por qué no ir directamente hacia esa plenitud del amor o la belleza, o la fuerza o la alegría que intuyo o que ya estoy descubriendo en el silencio interior?

El poder del subconsciente

Cualquier idea, meta o plan dominante, mantenido en la mente consciente mediante un esfuerzo repetido y emocionalizado por un deseo ardiente de realización, es incorporado por el subconsciente y ejecutado a través de cualquier medio natural y lógico disponible.

Lea nuevamente el párrafo anterior. Ahora vuelva a leerlo. Es la base del éxito. Su actitud mental es la única cosa sobre la que usted tiene un total y absoluto derecho de control en cada instante de su vida. Usted debe aprender a ejercitar ese derecho como cuestión de hábito.

La mente consciente es el sitio donde tienen lugar el razonamiento y el pensamiento. Esta analiza información y datos, y actúa como guardián de la puerta hacia el subconsciente. La mente consciente se desarrolla como resultado de la experiencia, mientras que la mente subconsciente no piensa, no razona, no delibera. Actúa por instinto en respuesta a emociones básicas.

La mente subconsciente la podemos comparar con un carro, mientras que la mente consciente se puede considerar como el conductor. La potencia está en el carro, no en conductor. El conductor debe aprender a liberar y dirigir esa potencia.

La mente subconsciente recibe cualquier imagen que le traslade la mente consciente bajo una emoción fuerte. Piense en las dos como una cámara: La mente consciente actúa como una lente, concentrando la imagen de sus deseos y llevándolos hasta un punto de la película del subconsciente. Obtener buenas fotografías con esa cámara es lo mismo que con cualquier otra: Tiene que haber un buen enfoque, una buena exposición, y la sincronización ha de ser la correcta.

Para lograr el enfoque correcto, usted necesita tener una definición de objetivo claro y preciso. La selección de los componentes de la fotografía debe realizarse con cuidado y exactitud; usted decide que incluirá en ella. La sincronización adecuada se determina por la intensidad de su deseo en el momento de la exposición. Los fotógrafos expertos por lo general toman varias fotografías de una imagen importante; trabajan una y otra vez en ella hasta conseguir la foto que desean.

Es vital para el subconsciente repetir una y otra vez la imagen de su deseo. Tiene que trabajar en el proceso repetidamente hasta que haya trasladado a su mente subconsciente la imagen clara y precisa que se quiere.

No tenga miedo de entrar en un estado altamente emocional cuando imprima imágenes en su subconsciente. Cuando su objetivo es digno, no necesita temer a este tipo de autosugestión. La intensidad con la que imprima una fotografía desde su plan en el subconsciente afecto directamente la velocidad con que el subconsciente se pondrá a trabajar para atraer la contraparte física de la foto, inspirándole a dar los pasos adecuados.

Las terapias es una herramienta tan valiosa que es una pena dejarla solo para los enfermos

Conciencia y Espíritu para la evolución y desarrollo personal

 

 El desarrollo personal incluye actividades que mejoran la conciencia y la identidad, impulsan el desarrollo de las habilidades personales y de los propios potenciales, contribuyen a construir capital humano y facilitan la empleabilidad, mejoran la calidad de vida, y contribuyen a la realización de sueños y aspiraciones. El concepto no se limita a la autoayuda, sino que también incluye actividades formales e informales para el desarrollo de otros en papeles tales como maestro, guía, consejero, administrador, orientador vocacional o mentor. Cuando el desarrollo personal se lleva a cabo en el contexto de instituciones, se refiere a los métodos, programas, herramientas, técnicas y sistemas de evaluación, que apoyan el desarrollo humano a nivel individual en las organizaciones.

Desde el punto de vista del utilitarismo, el «bien estar» se define como la mezcla o combinación de situaciones de placer y de alegría con ausencia de penas y de situaciones incómodas, y de manera tal de en algún sentido obtener la maximización del bienestar general.

La noción de desarrollo personal tiene significaciones diferentes según que el enfoque y análisis sea expresado por los psicoanalistas, o por los promotores de las técnicas New Age, o por ciertos adherentes a las llamadas corrientes coaching, o según se trate de educadores o de especialistas en cuestiones del trabajo decente, etc. Los objetivos del desarrollo personal pueden así reenviar al conocimiento de sí mismo, o sea en definitiva, a la valorización de los propios talentos y virtudes, a la mejora de la calidad de vida, y a poder llegar a alcanzar las propias aspiraciones más sentidas.

El desarrollo personal

La primera persona en introducir el desarrollo personal, fue Abraham Maslow (1908-1970), proponiendo una jerarquía de necesidades representada en forma de pirámide, en donde en el vértice superior ubicó la realización personal o realización de sí mismo, definida como el deseo y la aspiración de aproximarse o transformarse cada vez más a lo que realmente se es, y a lo que se está en medida de ser.

Maslow estaba persuadido de que solamente una pequeña proporción de personas llegaban a alcanzar ese estado de autorrealización, y él mismo estimaba subjetivamente esta cifra en el 1 % de la población.

Su visión esquemática de una jerarquía de necesidades, tuvo con frecuencia una falsa interpretación sobre que el estadio «superior» del desarrollo personal, se encontraba reservado a quienes estaban en lo alto de la pirámide de la organización, mientras que la mayor parte de la masa de empleados pareciera no sobrepasar casi nunca del estadio de la seguridad en el empleo y de las buenas condiciones de trabajo.

Pero con posterioridad, y luego que las organizaciones y los mercados se globalizaran, la responsabilidad del desarrollo personal poco a poco pasó de las empresas a los propios individuos. Así lo constató en 1999 Peter Drucker, en una investigación publicada en la 'Harvard Business Review'.

Traducción al español: Vivimos un tiempo de oportunidades sin precedente: si alguien tiene ambiciones e inteligencia, puede llegar a alcanzar reconocimiento en el área profesional u ocupacional que haya elegido… Pero esta oportunidad también implica responsabilidades. Hoy día, las empresas no controlan las carreras de sus empleados, sino que un trabajador debe ser él mismo su propio Pdg. Es el propio trabajador que tiene la responsabilidad de elegir las líneas de capacitación que mejor le convienen, así como de encontrar un conveniente lugar o nicho donde desarrollar sus actividades laborales, y así como de decidir cuándo es el momento de cambiar su trayectoria ocupacional, para poder ser productivo y generar ingresos durante su vida profesional activa, la que dura aproximadamente unos cuarenta y cinco o cincuenta años.